LA FUERZA ESTREMECEDORA DE ALLAH
Dedicado a O.O., guía de alta montaña, a su Amor por la naturaleza.
Su rostro revela la pasión y el profesionalismo. En él se conjugan las más insólitas preguntas, respuestas, inquietudes y propuestas. Alberga en su ser desde un poderoso, entrenado y estratégico guerrero de ideales hasta ese hombre maduro de mirada dulce y melancólica.
El calor del verano se hacía sentir y el bullicio de las olas espumosas invitaban a quedarse en la pacífica playa de Atakum; sin embargo ese lugar tranquilo y arenoso era solo nuestra plataforma de partida para la expedición.
A la cuenta de (1)UC, IKI, BIR, la voz de mando se alzó optimista y vigorosa, contrarrestando el sonoro choque del mar en los acantilados. Debíamos partir porque sobre el tiempo y la organización se basa el éxito.
La rambla, las calles, los puentes y los edificios corrían bajo nuestros pies, las rutas, senderos, pueblos y mezquitas aparecían con encantos misteriosos a medida que el agobio invadía nuestros cuerpos.
Después de una jornada de travesía habíamos encontrado un lugar privilegiado en una verde planicie y junto con el guía contemplábamos sentados el bosque denso en pendiente. Los pueblos hacia abajo y a la derecha en plano inclinado el paisaje del imponente (2)Karadeniz confundido con el cielo. Quizás el recostarme pudiese corregir con exactitud los tonos azules del agua entremezclados con el aire, y aún así desencuadraría el verde claro de la siembra entre la bruma.
La tarde se había teñido de húmedo gris y el eco del silencio no tardó en invadir la campiña. El descanso solo llevaría unas horas, quizás seis, ocho o diez, quizás la eternidad fuese poca para tanta inmensidad y tanta paz.
Todo sucedía en calma, nada demoraba el paso del tiempo al compás de la salida de los primeros astros. Mi mente y espíritu volaban muy lejos, cuando de repente un grito avasallante irrumpió la armonía e irizó mi piel. (3)"Allahu Akbar!" ¡La fuerza estremecedora de Allah estaba allí!
Ese simple y sencillo grito pudo en aquel instante hacerme sentir pequeña, diminuta, imperceptible e impotente ante EL, el más Grande, el más Clemente, el más Misericordioso.
Mientras el sincronizado Ezan de las mezquitas lejanas emocionaba a mi corazón, yo observaba la vida y el carácter del hombre moldeado al Islam, a las enseñanzas del (4)Profeta Muhammad (PyB), a sus dichos y a la (5)Sunnah; y procedió a efectuar el (6)Namaz en dirección a la (7)Qiblah.
Como una adolescente corrí cuesta arriba con mi linterna hacia la fuente de agua desde donde divisé las luces de la ciudad en media luna, proyectándose sobre el mar.
Terminada la oración estalló el fogón que iluminó nuestras pupilas hambrientas, en medio de la soledad apacible del lugar. El frío entrometiendose y así se convirtió en un buen aliado del placer y la plenitud.
La noche nos cubrió misteriosa y mágica como un cuento de hadas ¡yo la reina, soñando con el príncipe azul!. Debíamos continuar la caminata con los demás y la tierna voz de un joven del grupo susurró la partida en mi oído. Estábamos muy alto pero aún faltaba el paso final: "la cumbre"
Un aroma refrescante de pinos fue acompañando a nuestros pasos, que a pesar de la dificultad del terreno nunca más se separaron.
La oscuridad cerrada del bosque y el desliz de nuestras botas iba acompañado por sucesivos desmoronamientos de rocas engañosas. Un paso en falso y el brusco descenso sería el resultado final.
No tuve miedo ni inseguridad, por el contrario la elección acertada de los compañeros fue indiscutible. Despliegue de técnicas profesionales en el terreno. Y fue allí donde comprendí que la experiencia, el conocimiento de estrategias nos llevaban a lograr el objetivo.
Recordé travesías erróneas con proyectos equivocados, caminatas y personas con pasos extraviados, rutas inseguras que uno sigue con gente que no llega a ningún lado. ¡Y por ese solo instante la diferencia y la calidad había comparado! ¡El maestro era un amante de la naturaleza, un buscador de desafíos con triunfos y no un simple arriesgado!
Solo unos minutos manteniendo la sincronizidad en los avances, solo unos metros más y la recompensa habíamos logrado. ¡Allí estaba! Firmemente erguida la cúspide, la anhelada llegada, el punto del abrazo prolongado entre la densa niebla y la ventisca helada.
Allí estaba El que todo lo puede y Al que nada podremos ocultar el Día del Juicio.
Miré al guía a los ojos y una cálida sonrisa humeó desde su boca, hacía mucho frío y la madrugada no tardaría en asomar. (8)"Ezan" murmuró feliz y su mirada tierna viajó nuevamente a la (9)Makah y comenzó el ritual.
Eran las 04:55 am en Turquía y para mi el resto del mundo ya estaba muy lejos, fuera en la distancia y del tiempo. Todo fuera de mí, de mi presente y de mi corazón; porque solo Allah juzga, todo lo ve y solo El recompensa.
Referencias:
(1) Tres, dos, uno
(2) Mar Negro
(3) Dios es Grande
(4) Profeta Mahoma (Paz y Bendición)
(5) Doctrina
(6) Oración musulmana
(7) Mezquita Sagrada (Arabia Saudita)
(8) Llamado a la oración musulmana
(9) La Meca